Los locales generadores de ruido (bares, restaurantes, discotecas, etc.) suelen estar rodeados por viviendas habitadas. Este condicionante exige muchas veces que los equipos musicales y de alta fidelidad estén dotados de limitadores acústicos.

Aunque el aislamiento acústico de los locales se realice de acuerdo a las ordenanzas municipales puede resultar insuficiente para asegurar el confort acústico de los vecinos. En estos casos la instalación de limitadores acústicos es una exigencia legal por parte de los municipios para mantener los locales en funcionamiento.

Los limitadores aseguran que la potencia acústica que sale de los aparatos supere ciertos niveles establecidos. Estos aparatos están además protegidos ante posibles manipulaciones por parte de los usuarios, permitiendo un control administrativo bastante riguroso de los niveles de ruido que emiten.