Una medida correctora  que se puede incorporar a las simulaciones visuales previas a la implantación,  está muy extendida la creación de pantallas, normalmente vegetales, que se interpongan entre los observadores y el parque fotovoltaico. Las pantallas, cuando son viables,  deben realizarse con vegetación autóctona y con una altura y características que deben ser analizadas en cada caso concreto.

También se deben establecer medidas correctoras que reduzcan el impacto paisajístico de las  estructuras auxiliares (tranformadores, construcciones, líneas) sobre el medio ambiente. La elección de texturas y colores adecuados para los postes, y en algunos casos el enterramiento de las líneas son medidas correctoras a considerar para la integración con el paisaje de estas estructuras.

En algunas comunidades autónomas los estudios de integración paisajística son necesarios para desarrollar proyectos solares, y en los estudios de impacto ambiental el paisaje debe de ser contemplado como un elemento preponderante en este tipo de proyectos.

La ocupación de suelo origina, en muchos casos, la desestructuración de las capas fértiles y la pérdida de la cubierta vegetal. Esto motiva que se favorezcan procesos de erosión y de pérdida de suelo. La realización de siembras de labores superficiales de mantenimiento evitan en gran medida este problema.

En aquellos parques solares en los que hay árboles, de gran porte o dignos de protección, la disposición de las placas fotovoltaicas debe respetarlos y también  la zona mas próxima a los mismos para asegurar su correcto desarrollo. En estos casos se debe considerar, por motivos técnicos, el efecto de sombreado que producen las copas de los árboles. De igual modo se deben mantener también en la medida de lo posible los linderos de las parcelas, al ser un nicho ecológico dentro de los ecosistemas en los que se situan muchas veces estos parques.

Los impactos al sistema hidrológico son de fáciles de corregir y la influencia sobre las condiciones de escorrentía no suelen ser apreciables.

Durante el funcionamiento una gestión correcta de los residuos vegetales generados por las siembras, ya sea como abono o biocombustible, permite crear un círculo más eficiente desde el punto de vista ecológico.

Se deben tener precauciones para evitar contaminaciones por derrames en los trabajos de mantenimiento de los parques, y siempre que sea posible utilizar los productos más inocuos para el medio ambiente.